Efectuado los días 17 y 18 de Noviembre del presente, en el aula magna del Campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica., con la asistencia de más de doscientas personas.
El evento fue organizado por el Movimiento Mundial de Infancia (MMI), y por Observa, el derecho a vivir en familia, y contó con el patrocinio de Aldeas Infantiles SOS Internacional, del Ministerio de Desarrollo Social de la República de Chile y de la Escuela de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica de Chile. El objetivo del seminario fue reflexionar sobre las temáticas del cuidado y la violencia, en el ámbito local y de las políticas públicas en Chile.
En el encuentro estuvieron presentes destacados expositores internacionales, como Sara Oviedo, vicepresidenta del Comité de Derechos del Niño de las Naciones Unidas, Sara Stevenson, representante de la Alianza Mundial para Erradicar la Violencia contra los Niños y Alejandro Cussianovich, profesor de la Universidad de San Marcos de Lima. Asimismo, contó con las presentaciones de Marcos Barraza, Ministro de Desarrollo Social de la República de Chile; Estela Ortiz, Directora Ejecutiva del Consejo de Infancia de Chile, y el Dr. Humberto Maturana, Premio Nacional de Ciencias de Chile, quien dictó la conferencia inaugural del evento. Debemos mencionar también la participación como panelistas de Andrea Cox, Rayen Condeza, Carolina Muñoz, Gloria Negroni y Evelyn Vicioso; de Emilio de la Cerda, Ricardo Evangelista, Ronald Cabré, Claudio Garvizo, Arturo Latorre, Hernán Ortega, Anuar Quesille y José Andrés Murillo; y adolescentes representantes del foro de Niños y Niñas, quienes se hicieron presentes en todos los paneles del seminario.
En su conferencia inaugural, el Dr. Maturana resaltó la importancia de la familia como espacio de cuidado, acogida y respeto, entorno ecológico en que un niño o niña, como ser amoroso en el lenguaje y en la comunidad, crece en la confianza de ser querido, de acoger y responder acogiendo, de cuidar y responder cuidando. Los adultos debemos comprometernos a un convivir en que los niños resulten cuidados, lo que se logra simplemente cambiando nuestra convivencia cotidiana y dejando de hacer aquello que nos lleva a tener que hablar de los derechos de los niños. En línea con la conferencia de Maturana, en el panel 1 correspondiente al tema inaugural del seminario, “el cuidado como derecho humano”, Estela Ortiz se refirió a los principios de accesibilidad, pertinencia y oportunidad en la oferta pública dirigida al cuidado de los niños, niñas y adolescentes, y anunció un cambio de orientación respecto del modelo de la complejidad asociada al daño (conocido como la “pirámide”), que no estaría dando cuenta de los señalados principios y no se ajustaría a las necesidades programáticas del nuevo sistema de garantías de los derechos. Anunció también la pronta ampliación del programa “Chile Crece Contigo” hasta los 8 y 9 años de edad. A su turno, Ricardo Evangelista, en representación de las instituciones que conforman Observa, se refirió a los factores constantes y a los cambios en la situación de las familias en Chile y propuso acciones de política pública en los distintos ámbitos destacados por las Directrices sobre Cuidado Alternativo de las Naciones Unidas. Finalmente, los niños participantes en el panel presentaron su visión del maltrato y del buen trato en la escuela y en la familia, y formularon propuestas, dirigidas al Estado y a la sociedad civil, referidas a cómo quieren ser cuidados en esos espacios.
En el segundo panel de la mañana se abordaron los ámbitos educativo y de los medios de comunicación de masas, profundizando el abordaje del cuidado como derecho social. Andrea Cox, directora de programas educativos de Fundación Súmate, se refirió al derecho al cuidado en contextos educativos vulnerables, mostrando casos de violencia y maltrato en el ámbito escolar. Rayén Condeza, directora del Magister en Comunicación de la Universidad Católica, se refirió a la responsabilidad periodística en la victimización de los niños, y al rol de los medios de comunicación de masas en la generación del necesario cambio cultural en este ámbito. Cerraron el panel, en una presentación conjunta, Claudio Garvizo del Consejo Nacional de Televisión, y Ronald Cabré, de la Subsecretaría de Prevención del Delito. Garvizo se refirió a la ausencia de diversidad en la presentación de noticias sobre la niñez y adolescencia, y sobre la forma en que los medios debiesen abordar dichas noticias, sin provocar victimización secundaria en los niños y niñas. Cabré expuso sobre el programa de asistencia a víctimas del Ministerio del Interior, sobre la red que lo conforma y sobre los planes de prevención de la victimización secundaria y el resguardo de información sensible respecto de los niños, niñas y adolescentes.
Emilio de la Cerda, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica, en una conferencia titulada: “la arquitectura al servicio del cuidado de las personas”, abrió el segundo tema del seminario, sobre “Cuidado y Barrio”. Con apoyo en un abundante material gráfico, mostró los contornos y condiciones de una ciudad amable con los niños, especialmente con espacios dedicados al juego, que permitan el despliegue de la creatividad infantil, y no como sucede en la actualidad, en que predominan los espacios cercados y rígidamente estructurados, que sólo persiguen el control de la conducta de los niños y niñas. En el primer panel correspondiente a este segundo tema, los representantes de los niños y niñas expusieron sus conclusiones acerca del cuidado y la seguridad en los distintos espacios en que interactúan, reales y virtuales. Coincidieron en señalar que la escuela constituye hoy el principal espacio de vulneración de los derechos, principalmente a través del “bullyng”, práctica en la que ellos mismos resultan involucrados. Relevaron también la falta de seguridad en las redes virtuales, y en el transporte público. Gloria Negroni, jueza del Tercer Juzgado de Familia de Santiago, se refirió al cuidado de los niños, niñas y sus familias en los territorios, acotando el rol de los tribunales, y reafirmando el papel activo de las familias y las comunidades en la prevención y promoción del cuidado.
En el segundo panel de la tarde, Carolina Muñoz, directora de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Católica, expuso los avances de un estudio sobre dispositivos locales de cuidado y necesidades de capacitación de las (os) cuidadoras (es), encargado por Aldeas Infantiles SOS Internacional. En su ponencia destacó la necesidad de apoyar a las familias en la reflexión sobre sus propias capacidades de cuidado, y en el aprovechamiento de las redes existentes en un territorio determinado. Evelyn Vicioso Moyano, directora de estudios de ONG Junto al Barrio, abordó el tema de las experiencias y prácticas con metodologías de infancia en espacios locales, y destacó que los niños y niñas reconocen el valor inmaterial del barrio y sus comunidades con la misma intensidad que los adultos, y que los conflictos en el espacio público son reconocidos por los primeros como generadores de inseguridad y temor, lo que los lleva a valorar como espacios de seguridad la escuela y la casa, en una visión opuesta a la entregada por los niños y niñas representantes del Foro. Finalmente, Arturo Latorre, del Programa Tregua de Fundación Marista, en una exposición que debió ser trasladada para el día siguiente, se refirió a experiencias de trabajo comunitario con adolescentes en barrios vulnerables, específicamente en la población El Castillo de la comuna de La Pintana.
En la inauguración del segundo día del seminario, la Dra. Oviedo señaló que la idea adultocéntrica de “propiedad” de los niños constituye la base del infanticidio y de la violencia contra estos. También se refirió a factores sociales de tipo estructural, como la pobreza y la mala distribución de los ingresos. Conminó a las mujeres que quieren terminar con la violencia de género, a eliminar primero la propia violencia que estas ejercen contra los niños, patente en métodos de crianza basados en el castigo. Llamó a generar metodologías de crianza positiva, reconociendo las potencialidades del concepto de cuidado, ligado exclusivamente en un principio al movimiento feminista en su lucha por la igualdad, pero que ahora se ha abierto a nuevas posibilidades. Llamó también a incrementar la participación de los niños en las decisiones, a evitar la violencia de la institucionalización y la indolencia de los funcionarios públicos al respecto, aunque también fustigó la debilidad de las ONG´s y de la sociedad civil para exigir la erradicación de la violencia en contra de los niños. Por último, se refirió a la necesidad de impulsar auténticos programas de fortalecimiento familiar, y lamentó que en la mayoría de las políticas públicas implementadas en la región, no se considere a las familias realmente existentes.
En el panel que siguió a la intervención de la Dra. Oviedo, Sara Stevenson presentó una mirada a la situación global de la violencia en contra de los niños y niñas, y los objetivos de desarrollo sustentable de la agenda 2030. Anuar Quesille, oficial de protección de UNICEF, expuso sobre los desafíos normativos y de política pública en Chile, para avanzar en la eliminación de todas las formas de violencia en contra de los niños y niñas. A su turno, Hernán Ortega, de la Intendencia Metropolitana, presentó los principales lineamientos y logros de la intervención del gobierno metropolitano en el sector de Bajos de Mena, el más poblado de Chile (140.000 habitantes), ubicado en la comuna de Puente Alto.
En el segundo y último panel temático, los niños y adolescente tuvieron una participación protagónica, interpelando directamente al público presente sobre la violencia imperante en la escuela, la familia, el transporte y la calle, y pidieron un voto de confianza a los adultos, y su apoyo para cambiar la sociedad. Seguidamente, en un cierre de filósofos, José Andrés Murillo llamó a rechazar las propuestas de sectores nacionalistas y xenófobos, y a combatir el culto al poder y a la fuerza en las relaciones entre los hombres y con la naturaleza. A cambio, recordó que los niños (y diríamos que también los adultos) son seres frágiles, que requieren de un renovado compromiso de los adultos con su cuidado, conectando con la propuesta de la pedagogía de la ternura de Alejandro Cussianovich. En un esperado cierre, Cussianovich llamó a reflexionar sobre qué constituye lo universal en el discurso de los derechos humanos, y llamó a fortalecer el concepto de cuidado, incorporando las dimensiones de la crianza, del desarrollo y de la creatividad de los niños y niñas. El cuidado, señaló es “un proyecto, una práctica, un proceso, y también autocuidado”. Criar implica una concepción distinta del tiempo, de paciencia y a la espera de que el fruto madure (como el vino, diríamos). En línea con lo señalado por Maturana al comienzo del seminario, y con estilo, indicó que “cuidar significa que hemos nacido para el cariño y la ternura”; pero también, invocando a Honeth, recordó con firmeza que cuidar, es también un derecho al reconocimiento.